17 jul 2011

Una del G2

Ya no tienen que leer Cuba Roja de Roman Orozco, ni tampoco, Te dí la vida entera de Zoe Valdes, mientras estamos en esta indiferencia, vemos como compatriotas ya están sufriendo las vejaciones y sentencias de muerte, muy a lo que viven en Cuba desde hace 52 años. A continuación les expongo la entrevista realizada en el diario El Nacional del día 17 de julio, día del niño, y de un juego apasionante de la Vino Tinto. Como decía el Gran Guillermo Cabrera Infante, aún en el exilio, la dictadura de los Castro te muerde....
Anthony Daquin, ex asesor del Gobierno, asegura que fue secuestrado y forzado a salir del país por conocer las condiciones del contrato que el Ministerio del Interior y justicia firmó con una empresa cubana para la elaboración de la cédula electrónica. "Albet es un camuflaje del G2 cubano"

-¿Cuál fue su papel en la contratación de la nueva cédula?
-Se hizo la evaluación, se discutió sobre el contrato y las características técnicas  del documento que se iba a comprar. La licitación se hizo en Cuba, sin presencia de venezolanos. Conocí el contrato porque un amigo me lo envió; sus condiciones fueron la primera irregularidad que vi. Las cláusulas entregan la base de datos de venezolanos cedulados, lo que permite cruzar la información del Consejo Nacional Electoral, el Seniat y el Saime.

-¿Hizo alguna observación luego de ver el contrato?
-Mi intención era que Venezuela tuviera el documento con la mejor tecnología. No tengo la culpa de que Cuba tenga el control. En 2009, Albet le pidió a Gemalto (firma que ganó la licitación para proveer las cédulas) que me despidieran porque manejaba mucha información.

-Usted era asesor del ministerio y al mismo tiempo trabajaba para Gemalto. ¿recibió alguna comisión o soborno por ese contrato?
-No recibí comisión. Pero yo manejaba información privilegiada y vi el aspecto comercial. Quería comprar la licencia para importar otro mecanismo de seguridad para la cédula, con lo que me ganaría en ese negocio podría retirarme. No estuve incurso en acciones ilegales ni contra el Estado. Me amenzaron y por eso salí del país.

-¿Qué amenazas recibió?
-El 12 de noviembre de 2009 fui secuestrado a las 9:07 de la mañana, en El Rosal. Estaba solo, en una panadería de la avenida Tamanaco. Cuando salí al estacionamiento vi 3 motos tipo comando alrededor de mi carro. Los motorizados iban uniformados de negro, con armas 9 milimetros. No tenían insignias de policía, tenían chalecos, parecían de la Disip (actual Sebin). Me dijeron: "Móntate como si nada, Anthony, que necesitamos hablar, camarada". Sólo me hablaron 2 de ellos, uno con acento andino, que fue el que me montó en el carro, y otro con acento cubano. Me enseñaron fotos de mi hija en un celular, pronunciaron su nombre y que estaba en el receso, en el colegio, con su amiguita Ana. Me dijeron que era un traidor por haber ido con mis hijos a la marcha contra la Ley de Educación del 22 de agosto de 2009. "Estuviste en la marcha, te cambiaste de bando y tú tienes información vital", dijeron. Fueron 3 horas de terror. Me hicieron manejar en dirección a Guatire, me golpearon con la pistola y me la metieron en la boca. Me preguntaban a quién le iba a enviar la información y qué recordaba del contrato. Les dije que no sabía de qué me hablaban. En Guarenas me dijeron que tomara la carretera vieja y me hicieron detenerme en un paraje. Me puse a llorar. Acababa de cambiar unos dólares y tenía en mi casa, en El Valle, como 60.000 bolívares. Se los ofrecí y ellos se bajaron del carro para hablar; me quitaron las llaves. Ya era mediodía. Me dieron 3 horas para buscar el dinero. Amenazaron con matar a mi hijo si no se los daba. Fui a la casa a buscarlo. Nos encontramos a las 3:05 de la tarde en la misma panaderíade El Rosal. Le dieron la plata a 2 motorizados que tomaron rumbo a Prados del Este. Me hicieron manejar a Guarenas otra vez. Me pidieron más dinero. La liquidación de Gemalto me ladaban la primera semana de diciembre, me pidieron que se las diera en dólares. Pero debía ir a Estados Unidos a buscarla. Después de ese día, los muchachos no fueron más a clases. La casa estaba vigilada siempre. Separé al grupo familiar y nos volvimos a encontrar en el aeropuerto el 5 de diciembre de 2009. El 7 de enero de 2010 los hombres me esperarían con el resto del dinero. El G2 me interrogó en el aeropuerto, me preguntaron por qué estaba viajando con el perro, cuánto tiempo me quedaría. Creo que mis secuestradores tenían contactos allí y sabían que iba a pasar esa seguridad. Al llegar a Estados Unidos le conté a mi familia sobre el secuestro. Decidimos ir con un abogado y pedir asilo. En la primera audiencia, en marzo de 2010, me lo negaron y estamos apelando. Mi último abogado dejó de representarme porque tiene familiares en Venezuela y los amenazaron.

-¿Por qué hasta ahora cuenta lo sucedido?
-Porque estoy cansado de vivir con miedo. Yo sé que me van a matar; lo que quiero es que mis hijos vivan tranquilos.

Comentario del Mono: Espero venezolanos, que ahora tengamos las bolas, para enfrentar esta dictadura. No podemos, seguir indiferentes, no queremos ni leer, todo nos cansa, nos fastidia, solo queremos el show barato y bullanguero, y no ponernos en la seriedad que el caso lo amerita

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