11 oct 2012

Damecracia

Los millones de sobornados en la Venezuela del fracaso, muy necesitada, pero de mano abierta para recibir dinero, aparatos y promesas. Va igual para el enorme grupo de empleados públicos que sobrevive con un sueldo, la clase militar mejorada en todas sus escalas, incluido el armamento para la amenaza, y el estudiante de cualquier nivel en las aulas oficiales. Es la Damecracia, original vocablo que inventó la comunicadora y actriz Gloria Goldszmidt (Miros), Z'L, la misma que destruyo la recordada Academia de Ciencias y Artes del Cine, la Radio y la Televisión y el Museo Audiovisual, gracias a las geniales ideas de Marcel Granier y su claque de jalabolas incluido Eladio Lares.
En catorce años aumentó esta población de víctimas sin futuro firme, prostituida a fuerza del regalo y la dádiva, pobre de espíritu porque anulada desde el miedo en sus querencias más intimas, le robaron la posibilidad de educarse en libertad para adquirir oficios, profesiones y destrezas que conducen  a lo dignificante del logro y la independencia personal, bases de una personalidad sana y productiva.

Este proceso pudrió la base moral desde el populismo sustentado en la entrega de una riqueza no trabajada, y tiene su  modelo convicto y confeso en el Chulo-Castrismo-Cubano, que vocifera sin tregua su presunta dignidad patriótica y en la práctica subsiste a costa de las dádivas que le da cualquier imperialismo, con tal de que no sea el Yanqui porque eso le quitaría brocha y la escalera sobre las que se sostiene el parásito dictador Castro para pintar en paredones la imagen de su digna mendicidad revolucionaria.

Por eso salimos jodidos en el 7 de octubre. Debemos rescatar la Democracia, sin cambio de vocales. 

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