10 may 2011

Los civiles peleaban como militares y los militares como idiotas (1)

Domingo Alberto Rangel considera que las elecciones corrompen, que es un asunto de pillos y para pillos. Militante del voto nulo desde la campaña electoral de 1973, que después se radicalizó en abstencionismo, ya no frecuenta elos café de Sábana Grande ni es posible tropezarlo frente al cafetín de la Escuela de Comunicación Social de la UCV. Las piernas lo traicionan y necesita de una andadera para desplazarse, y con esfuerzo. No ha perdido la costumbre de levantarse muy temprano, todavía oscuro, a escribir, a leer o a escuchar música venezolana que también le gusta mucho.

-Mi abuelo era farmacéutico. Llegó de Francia en un velero. Parece que un tío suyo había estado en Puerto Cabello y quedó prendado. Escribió cartas elogiando tanto el paisaje como a la gente. Mi abuelo vino a aventurar y se quedó. Montó una farmacia en Boconó. En el periódico del pueblo publicaron un aviso de la Universidad de los Andes en el que solicitaba un profesor de Botánica. Les envió una carta solicitando el cargo. A vuelta de correo, lo invitaron a viajar a Mérida. Vendió la botica, compró una mula, y se fue para Mérida. En Mucurubá se le cansó la mula, y cuando las mulas se cansan no hay poder humano que pueda levantarlas. Mucurubá es un nombre de origen indigena. <<Mucu>> quiere decir sitio y <<rubá>> se refiere a un tubérculo parecido a la papa. Los pobladores primitivos -los indios mucurubaes, escagueyes y mucupiches- se de dicaban al cultivo del tubérculo en terrazas escalonadas o andenes. A mi abuelo le faltaban 32 kilómetros para llegar a Mérida, pero llegó montado en un buey con unos campesinos que se ofrecieron a ayudarlo. La Universidad de los Andes lo contrató inmediatamente. Le pagaba 20 pesos. mi abuela Ramona era de la oligarquía goda de Mérida. No sé cómo se conocieron, sólo sé que casaron en la ilustre Universidad de los Andes, que se le alzó a Guzmán Blanco porque le quitó los subsidios. Los profesores decidieron  trabajar sin cobrar sueldo y así salvaron la universidad. Guzmán quería eliminarla por razones de clase. La consideraba goda, muy enemiga. Los estudiantes siempre han sido enemigos del poder en Venezuela. En Caracas, a la famosa misia Jacinta, la mujer de Joaquín Crespo, le gritaban <<vieja ladrona>>, <<vieja coño de madre>>, cuando pasaba en su lujoso coche por la esquima de San Francisco, frente a la UCV. La vieja entonces, les decía a las amigas  que la acompañaban en el paseo: <<Le voy a decir a Joaquín que ponga otros estudiantes, estos son muy groseros>>. Creía que los estudiantes eran empleados públicos.

-Su ´mamá le enseñó el francés...

-Nada más La Marsellesa. Yo aprendí francés cuando estuve interno en el liceo de Pamplona, que estaba regentado por curas franceses, de La Salle. El francés era obligatorio.
-¿Cuándo empezó a estudiar a Marx?
-Yo empecé leyendo a Trotsky, los cinco tomitos de Mi vida que publicó la editorial Ercilla en Santiago de Chile, una edición famosa. Trotsky cuenta cómo se hizo marxista. Su padre era un judio muy rico, creo que de Ucrania. El libro me fascinó, no sólo porque Trotsky fue un gran orador y un gran escritor con una prosa brillantísima, sino porque, además, lo que describe es muy parecido a la Venezuela de Gómez que había vivido de niño: un país atrasado , con hacendados que gobernaban a látigo a sus siervos , pero donde, de repente, un vasto movimiento revolucionario liquida la monarquía, se liquida la propiedad privada y se instaura un orden socialista. Esa especie de antorcha que fue la Rusia soviética, nos formó. Después leí la histoia de la Revolución rusa, al cual Winston Churchill, que era muy enemigo de Trotsky, llamó el más grande reportaje del siglo XX. La gente se olvida de que Churchill ganó el Premio Nobel de Literatura. Siempre lo vinculan con la política y con la guerra, pero nunca con las letras, especialidad en la que ganó la presea más grande. Estudiaba cuarto año de bachillerato en el Liceo Simón bolívar de San Cristobal cuando compré Mi vida en la librería de Horacio Giusti, tio de Roberto Giusti, que estaba en el centro de San Cristóbal. Después  lo volví a leer en 1947, cuando era miembro de la Asamblea Constituyente, para buscar ideas para el debate. La Asamblea Constituyente de 1947 es la más brillante que se ha reunido en la historia de Venezuela. Basta con saber que fue presidida por Andrés Eloy Blanco, quien afirmaba que ni siquiera la igualaba la de Valencia en 1858, que fue las más luminosa del siglo XIX, de eso no hay duda; sin embargo, la Constitución  que aprobó no estuvo vigente ni un día. La arrollaron los federales. En 1960. cuando el Congreso asumió facultades constituyentes, el país estaba sumido en una guerra civil y la agitación  política ocultó la Constituyente. La llamada lucha armada de los partidos de izquierda reflejaba una situación de guerra civil. La Constituyente de 1960-61 pasó inadvertida por completo; la de 1947, en cambio, fue protagónica. Todas las tardes la gente se reunía en la plaza Bolívar a oír los discursos. Esa Constituyente educó mucho a Venezuela. Fue una cátedra, ante todo.

-¿Y la de 1999?
-Ahí, seguramente, se transaban las comisiones. Cuánto te toca a ti y cuánto me toca a mí. Además, la Constituyente que fue promulgada sirve para hacer oposición, no para gobernar. Por eso Chávez la detesta tanto. Amarra mucho al gobierno.
-¿Teniendo la mayoría, la hicieron desde el punto de vista de la oposición?
-Todavía se sentían oposición. La Constituyente se reunió a los pocos meses de la victoria y todavía se consideraban oposición, tenían valores de oposición, por eso no le conviene a Chávez: es una Constitución para hacer oposición, no para gobernar.
-La oposición  entendió tarde que esa carta magna le beneficiaba...
-Por eso Antonio Ledezma anda con la Constitución en la mano. Ahora es cuando Chávez empieza a pensar como gobierno. Llevaba varios años gobernando, pero seguía pensando como si fuese de oposición. Pérez Jiménez no era tan estúpido como Chávez, aún siendo militar. Era culto en los asuntos relativos a su oficio. Es el único gobierno desarrollista que ha tenido Venezuela. Media y López Contreras no podían ser desarrollistas. Gobernaron en tiempos de crisis y no era posible importar tractores, y sin los cuales no se puede construir carreteras. La Carterpillar estaba produciendo tanques, no tractores, que fueron indispensables para la red de carreteras que construyó Pérez jiménez en 6 años. Con pico y pala, como lo hizo Gómez, se habrían necesitado más de 50 años, con presos políticos y estudiantes presos.

-Es un régimen con poca gente iluminada.
-Muy poca. No tiene a nadie. Este gobierno nunca ha tenido pensadores. Alí  Rodriguez Araque es el más capaz, pero está un poco al margen, dedicado a la cosa económica. Es muy distinto del Rodriguez Araque que estuvo al lado de Douglas Bravo. Chávez no se ha desgastado. Está apenas desportillado, no está liquidado. Mantiene el poder del Ejército que administra muy bien. A este país le encantan las gorras. Se muere de amor por los militares. ¿Por qué un sector de la izquierda, que fue muy radical, muy combativa y muy llena de virtudes, acompaña a Chávez? Porque es una izquierda corrupta. José Vicente Rangel se ha convertido en un burgués. No tenía ningún ideal. Asumió una actitud crítica porque sabía que los adecos no lo cotizaban ni estaban dispuestos a pagar el precio que él buscaba. Le dieron, pero poquito; no lo que él aspiraba. Tampoco le daban poder político. Le daban plata y poca, no mucha. Esa es la raíz de la discrepancia de Rangel con adecos y copeyanos. Es una izquierda más corrompida que ciertos sectores de la derecha.

-La gente cambia...
-Cuando estudiamos juntos en la UCV, el quinto y el sexto año de Derecho, Octavio Lepage era muy amigo mío. Era un hombre muy radical. Acogió con entusiasmo desbordado el golpe militar del 18 de octubre, y luego se incorporó a la dirección de Acción Democrática. Otro líder de la izquierda adeca de esa época era Luis Piñerúa Ordaz. Durante los años de la dictadura de Pérez Jiménez, ambos fueron los dirigentes más radicales de la tendencia izquiedista adeca. A veces estaban en la extrema izquierda. Consideraban vacilante, conservador y retrógrado al PCV. Recuerdo que estando presos en la cárcel de San Juan de los Morros, Lepage propuso en una reunión de la izquierda adeca aplicarle la ley de hielo a Luis Augusto Dubuc, porque era de la derecha. Yo le dije: <<Octavio,  ¿cómo le vamos a aplicar la ley de hielo a un hombre que, al fin y al cabo, está preso por nosotros, mientras tenemos buenas relaciones con los guardias?>> . Los guardias de la cárcel de San Juan de los Morros, con todo y ser agentes de la dictadura, eran muy cordiales. <<Doctor, muy buenos días>>. Nos saludaban con toda cortesía. <<¿Cómo vamos a tener relaciones normales con el guardia, que es un agente del enemigo, y con nuestro compañero de vicisitudes ni siquiera guardamos las cortesías que ordena el Manual de Carreño? Eso no tiene sentido, Lepage>>. En su sectarismo izquierdoso llegaba a esos extremos. Hasta la  caíada de Pérez Jiménez, mantuvo posiciones radicales, pero en 1958 comenzó a girar a la derecha. Algunos dicen que cambió por haberse casado con una hermana de Luis Manuel Peñalver, que era muy reaccionario; que la influencia de esa familia lo indujo a cambiar. Lo cierto es que el 9 de abril de 1960, cuando se constituye el MIR, no solamente no nos acompañó, sino que además se convirtió en uno de nuestros enemigos más acérrimos. Nos combatió con denuedo especial. Desde entonces han transcurrido casi cincuenta años y no lo he tratado más ni lo he vuelto a ver. Lepage y Piñerúa eran los bolcheviques de la izquierda adeca, después devinieron en mencheviques en su vertiginosa derechización.

(tomado de el libro:El Suicidio de la Izquierda Conversación con Domingo Alberto Rangel, pags: 149.150,151,152,153,154, continuará)

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